Baltasar Lobo Casuero (1910-1993)

Baltasar Lobo Casuero (Vida y obra)

Baltasar Lobo
Baltasar Lobo
Baltasar Lobo Casuero (1910-1993) nacio el 22 de febrero de 1910 en Cerecinos de Campos,, Zamora, Castilla y Leon, (España) murió el 4 de septiembre de 1993 en  París, (Francia)

Fue un dibujante y escultor español 1 muy conocido por sus composiciones que representan madres e hijos.

Nacido en Cerecinos de Campos, (Zamora), España, se trasladó a París, Francia en 1939 donde su escultura tuvo influencias de Constantin Brancusi y Jean Arp. La obra de Baltasar Lobo fue expuesta en la Galerie Vendôme en la Rue de la Paix junto con la de notables artistas como Henri Matisse, Fernand Léger, Maurice Utrillo y Pablo Picasso.

Baltasar Lobo fue uno de los artistas que contribuyó al proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas e hizo las ilustraciones para la traducción inglesa de la obra Platero y yo de Juan Ramón Jiménez. En 1984, fue galardonado con el Premio Nacional de Artes Plásticas de España.

Baltasar Lobo murió en 1993 y fue enterrado en París en el Cementerio de Montparnasse. El Museo Baltasar Lobo está en la ciudad de Zamora, próxima a su lugar de nacimiento. Actualmente se está llevando a cabo una rehabilitación del castillo de Zamora a manos de Moneo, con el fin de albergar el museo de Baltasar Lobo.

La vida, del que se iba a convertir en el escultor zamorano de mayor renombre internacional en el siglo XX, arranca un 22 de febrero de 1910 en el seno de una familia humilde de Cerecinos de Campos, Zamora. Ya desde la infancia, su espontánea habilidad para el dibujo y el modelado, así como su temprana y decidida vocación artística, dirigieron sus pasos por el camino de la escultura. Con 12 años entró como aprendiz en el taller del escultor-imaginero Ramón Núñez en Valladolid, a la vez que se iniciaba como modelador en la Escuela de Artes y Oficios. Gracias a una beca en 1927 puede continuar su formación en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde también pudo asistir a las clases de Círculo de Bellas Artes, especializándose en la talla directa de la madera y el mármol. Durante estos años descubre con admiración la obra de los grandes artistas españoles del momento, Picasso, Dalí, Miró o Gargallo entre otros.

En 1934 su esposa Mercedes Composada Guillén, Lucía Sánchez Saornil y Amparo Poch y Gascón fundaron la revista Mujeres Libres, que era portavoz de la Federación Mujeres Libres, en pro de la liberación de la mujer obrera. Era una revista para mujeres y escrita por mujeres. Vetó la colaboración de hombres, a excepción del artista Baltasar Lobo, que era ilustrador y maquetista de la publicación.2

Durante la Guerra Civil en el bando republicano se apasiona por las ideas anarquistas, adhiriéndose a la CNT y dibuja para numerosas publicaciones ácratas de la época.

Al final de la guerra en 1939 toma el amargo camino del exilio junto a su esposa. Se mueven por varias ciudades francesas hasta fijar definitivamente su residencia en París. En la capital del arte moderno entabla pronto amistad con Pablo Picasso y el escultor Henri Laurens, en cuyo taller trabajará unos años y de quién tomará su interés por simplificar las formas, su afición por los volúmenes curvilíneos, así como su concepto de estructuración poscubista de la escultura.

Durante la década de los 40 va a ir perfilando su estilo, empezará con una figuración muy simplificada en relación con las formas populares y con un cierto carácter arcaico, por Ej. “Ídolo” (1941), “Campesina” (1942); para continuar por caminos de creciente abstracción y depuración de las formas. Su deseo por indagar en el desnudo femenino se traducirá en una iconografía repleta de “bañistas” y “maternidades” y más tarde en los centauros y las ninfas. Así, a partir de los años 50 veremos un Lobo ya maduro con un lenguaje propio e inequívoco que aúna en sus esculturas la rotundidad de volúmenes con una gran perfección en el modelado de las formas, especialmente elocuente en las piezas realizadas en mármol y bronce pulidos, en las que el escultor aprovecha la plasticidad táctil y luminosa del material hasta obtener obras radiantes, dotadas de una bellísima y oscilante transparencia interior. Ej.: “Levante”(1962), “Al Sol” (1970).

El sentido monumental de su obra alcanzará su plenitud con 2 esculturas urbanas basadas en desnudos masculinos: “A los españoles muertos por la libertad” (1948), monumento en piedra que se levanta en Annecy y “El homenaje al poeta León Felipe” (1983), bronce que encontramos en Zamora.

Desde muy pronto, a diferencia de lo que le pasaría en España, la obra de Lobo fue objeto de una importante difusión dentro de Francia recorriendo también galerías y museos de ciudades como Praga, Bruselas, Luxemburgo, Zúrich, Caracas o Tokio, lo que le otorgará desde los años 70 un lugar destacado dentro de la escultura contemporánea europea.

Hasta 1960, en que el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid le organiza una retrospectiva, el escultor zamorano no pudo reencontrarse con su público, para el que había pasado demasiado tiempo desapercibido. Posteriormente la Galería Theo seguiría de cerca la trayectoria del artista. Por medio de Benjamín Palencia conoce, hacia 1970, al poeta y emprendedor en el mármol Francisco Pastor, quien le ofrece la oportunidad de trabajar el mármol rojo de Alicante en sus talleres de Novelda, en donde pasa largas temporadas durante años y realiza parte de su producción.3

Su reconocimiento internacional se tradujo también en numerosos premios y distinciones como el Premio André Susse de Escultura (1958), el Premio Jacques Lenchener (1974), el Premio Oficial de las Artes y las Letras (Francia, 1981), la Orden Andrés Bello del Gobierno de Venezuela (1989) y la Medalla de Oro Susse Fréres Fondeul. Los galardones en España llegarían necesariamente tras el cambio político: el Premio Nacional de Artes Plásticas de 1984 y el Premio de Castilla y León de las Artes de 1985.

En la década de los 80 afortunadamente se estrecharon sus lazos con la tierra que le vio nacer y que él nunca quiso olvidar, así en 1984 podrá celebrar su primera exposición en Zamora y, dos años después, la VIII Bienal de esta ciudad, le dedicará una sala especial en homenaje a su fructífera trayectoria artística

Por desgracia la muerte le sorprenderá en París a los 83 años cuando estaba preparando, en colaboración con diversas entidades públicas y financieras, un ambicioso proyecto museográfico para la exhibición y estudio de su obra en la capital zamorana, y que en un futuro no muy lejano esperamos se convierta en una total realidad; mientras se encuentra una ubicación definitiva, gracias al Patronato Baltasar Lobo podemos disfrutar de una exposición permanente de parte de su obra en la iglesia románica de San Esteban, acondicionada para tales efectos.

En octubre de 2008, se realizó una exhibición temporal de sus esculturas en el paseo del Prado, Madrid.4

El IVAM presentó una exposición que reunió más de cien obras del artista. La muestra tuvo lugar en Valencia entre el 15 de marzo y el 1 de mayo de 2011.5

Referencias.

  1. Artnet.com
  2. Rodrigo, Antonina (2002). Una mujer libre. Amparo Poch y Gascón, médica y anarquista. Flor del Viento Ediciones. p. 300. ISBN 84-89644-76-4.
  3. «Lobo pasó largas temporadas en Novelda, hasta casi el final de sus días. El escultor se enamoró del mármol rojo de Alicante y, por medio de Benjamín Palencia, conoció a Paco Pastor, quien le acondicionó un taller en su fábrica de Novelda, donde haría una magnífica producción artística» En Paco Pastor, un hombre de la cultura. Guillermina Perales, Diario Información (Alicante, 22 de agosto de 2012).
  4. Jaén, Luis (6 de octubre de 2008). «La Cuesta de Moyano y el Paseo del Prado acogen una exposición de Baltasar Lobo». Madridiario. Consultado el 26 de enero de 2010.
  5. hoyesarte.com (15 de marzo de 2011). «Antológica de Baltasar Lobo en el IVAM». Archivado desde el original el 1 de diciembre de 2015. Consultado el 21 de marzo de 2011.

Véase también.

Enlaces externos.

BALTASAR LOBO – DIBUJANTE Y ESCULTOR ANARQUISTA

Baltasar Lobo – dibujante y escultor anarquista
Baltasar Lobo – dibujante y escultor anarquista

En el taller de Garzón , junto con ses hermanas Visitación y Carmen , entró en contacto con el movimiento anarquista . También asistió a las clases de modelado del Círculo de Bellas Artes de Madrid , donde se especializó en la talla directa en madera y en mármol . 1932 tuvo que hacer el servicio militar y el año siguiente conoció la militante anarcofeminista Mercedes Comaposada Guillén , una de las fundadoras años después de » Mujeres Libres » y con quien se unirá libremente en 1936. 1935 viajó por primera vez en París ( Francia ) y el año siguiente entró a formar parte del Comité Peninsular de la Federación Ibérica de Juventudes Libertarias ( FIJL ) , encabezado por Eustaquio Rodríguez Lázaro . Ese mismo 1936 hizo dibujos por el periódico Campo Libre, militó en la Sección de tallistas del Sindicato de la Madera de la CNT y se alistó como miliciano cuando estalló la guerra , participando en el grupo « Artes y Letras » enseñando a leer ya escribir los milicianos analfabetos .

Desde el punto de vista libertario realizó dibujos , pinturas , carteles , postales y sellos para la CNT y la Federación Anarquista Ibérica ( FAI ) , y encontramos numerosos dibujos suyos en la prensa libertaria ( Castilla Libre , Documentos Históricos de España , Frente Libertario , Mujeres Libres , Tiempos Nuevos , Tierra y Libertad , Umbral , etc . ) . Con el triunfo franquista pasó a Francia y se estableció en París , ocupando el taller abandonado de Naum Gabo . 1945 formó parte de la exposición , con Matisse , Picasso , Leger , Utrillo , Bonnard y Laurens , «Los maestros del arte contemporáneo» en la galería Vendome de París y al año siguiente participó en Praga en la exposición « el arte de la España republicana » , dedicado a los artistas españoles de la llamada « Escuela de París » . Tuvo el apoyo de Picasso- su compañera Mercedes fue durante muchos años su secretaria – y de Matisse y colaboró con el escultor Henri Laurens , que le influyó hacia la abstracción . También se vio influenciado por artistas clásicos ( Berruguete y Miguel Ángel) y por escultores contemporáneos ( Victorio Macho , Constantin Brancusi , Jean Arp , Gargallo , etc . ) . Consiguió gran fama en París por sus esculturas en mármol , bronce , terracotas y granito , destacando las series de « Maternidades» (1945-1954) , « Torsos «, » Bañistas «, » Centauros » -a raíz de un viaje a Grecia en 1977 – , « Ninfas » y obras de gran volumen , como A los españoles muertos en la resistencia gala de Annecy (1953 ) , Monolito (1968 ) , la huida del fascismo , Mujer ante el espejo, Mujer peinándose , ¡ Asesinos ! , ¡Te vengaremos , España! En los años cincuenta se acercó tímidamente al comunismo , pero un viaje a la Unión Soviética El desencanto y lo alejó definitivamente del socialismo de Estado.

1954 contribuyó con una maternidad en bronce al proyecto de la Ciudad Universitaria de Caracas ( Vençuela ) . A partir de los años ochenta , fue reivindicado en la Península , realizándose varias exposiciones ( Madrid , Barcelona , Zamora , etc . ) Y otorgándole varios premios , como el Premio Nacional de Artes Plásticas (1984 ) y el Premio de Castilla y León de las Artes (1985 ) . En el extranjero su arte ha sido galardonado con numerosos premios , como el Premio André Susse de Escultura (1958 ) , el Premio Jacques Lenchener (1974 ) , el Premio Oficial de la Artes y las Letras de Francia (1981 ) , la Orden Andrés Bello del Gobierno de Venezuela (1989 ) y la Medalla de Oro Susse Frères Foundeur (1990 ) . 1983 colocó en Zamora la escultura urbana en bronce Homenaje al poeta León Felipe . Baltasar Lobo Casquero murió el 3 de septiembre de 1993 en París ( Francia ) y fue enterrado en el cementerio parisino de Montparnasse . Zamora cuenta con el «Museo Baltasar Lobo » , situado en el castillo de la localidad , dedicado a su arte y donde se exhiben más de cincuenta obras suyas y documentos diversos . En febrero de 2004 se creó en Zamora la «Fundación Baltasar Lobo » , dedicada a la conservación , exhibición , divulgación y promoción de su legado.

BALTASAR LOBO militante anarquista

Pinceladas acerca de la vida y obra de Baltasar Lobo: escultor y dibujante ácrata
Pinceladas acerca de la vida y obra de Baltasar Lobo: escultor y dibujante ácrata

Conocida es su obra en los circuitos artísticos y culturales, pues por algo es considerado como uno de los grandes escultores españoles del siglo XX. Pero lo que menos se conoce, y esto suele ocurrir con frecuencia, es la filiación política, especialmente si se trata de alguien que llegó a formar parte del movimiento libertario.

No cabe duda de que su trayectoria artística tiene una gran importancia, pero no menos interesante deja de ser su pensamiento político, con un posicionamiento claramente al lado de la clase obrera, es decir, de los más desfavorecidos, más si cabe en una provincia como Zamora, que si de algo se ha caracterizado siempre es de adoptar las costumbres y pensamientos más tradicionales. Un ejemplo de este desinterés hacia su filiación anarquista lo demostró el periódico local “La Opinión de Zamora”, el cual sacó varias entregas en su suplemento dominical en el cual relataba la importancia de su obra, su vida en Zamora, anécdotas… ¿De su participación en el movimiento libertario? A lo sumo un par de líneas. Mal homenaje se puede hacer ocultando una parte importante de su vida.

Entraré de lleno en el artículo abordando un breve repaso biográfico. Baltasar Lobo nace en 1910, en Cerecinos de Campos. A los o­nce años ingresa en la Escuela Cervantes de Benavente. En 1922, su padre, carpintero de profesión, lo trasladó al Taller de Arte de Ramón Nuñez en Valladolid para aprender el oficio esculpiendo santos de madera. En 1923 asiste a clases de modelado en el Museo de Bellas Artes de Valladolid. En 1927 obtuvo una beca de estudio en la Academia de San Fernando en Madrid. En esta ciudad asiste a cursos nocturnos de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios, participando en exposiciones colectivas.

Es una incógnita el momento en el que Lobo abandona los santos de madera y toma partido por las ideas anarquistas, si bien gracias a la obra de Madrigal; “Arte y compromiso. España 1917-1936”, podemos saber que desde joven se posiciona y solidariza con las clases más desfavorecidas a través de su obra artística (en la cual aparecen labradores, prostitutas, mendigos…), realizando con tan solo 16 años una escultura de escayola para la Diputación Provincial de Zamora conocida como “El esclavo”, en la que se puede observar a un esclavo intentando librarse de sus ataduras. También, gracias a la obra de Madrigal, podemos observar sus primeros contactos con el movimiento libertario con 18 o 19 años, una vez establecido en Madrid, a través de Ángel Garzón, miembro de la CNT y dueño de un taller en la capital en el que trabajaba Lobo como tallista. Al estallar la Guerra Civil y la revolución social en España, toda la familia Lobo abandonaría Zamora para instalarse en Madrid.

En esta época forma parte del Comité Peninsular de la F.I.J.L. y sus dibujos ilustran publicaciones pertenecientes en su mayoría a la C.N.T. y a la F.A.I. Algunas de estas publicaciones en las que participaría fueron Tierra y Libertad, Castilla Libre, Frente Libertario, Tiempos Nuevos, Umbral y Mujeres Libres, entre otras. En esta última publicación, Lobo colaboraría asiduamente como diseñador y dibujante de la misma. Su estrecha vinculación y colaboración excepcional con dicha revista (excepcional en el sentido de que era el único hombre que participó en la revista), viene a raíz de su relación sentimental, iniciada en 1933, con Mercedes Comaposada Guillén, abogada, educadora y una de las fundadoras de la agrupación anarquista Mujeres Libres. En la guerra, dentro de la sección de Artes y Letras, se sabe que dio lecciones en el frente a aquellos milicianos que no sabían ni leer ni escribir, “armonizando de esta forma la filosofía ácrata de hacer la revolución (crecimiento personal y humanista del individuo) al mismo tiempo que la guerra, combatiendo al fascismo”, según indica en un artículo Milagros Soler.

La fama de Lobo va en aumento debido a la gran cantidad de aportaciones artísticas que hace para todos estos medios ya mencionados y a su inconfundible forma de plasmar artísticamente su compromiso político. Esta trayectoria, como afirma Madrigal, tiene su colofón en un retrato de Buenaventura Durruti, que Lobo realizó mediante la técnica del lápiz carbón en 1937. Más interesante sería un dibujo que Lobo realizó en 1936, en el que retrataba los horrores de la guerra, siendo un anticipo al famoso “Guernica” de Picasso, que mediante estilos diferentes ambas obras muestran un gran paralelismo.

Con el final de la guerra, Lobo puso punto y final a esta etapa artística y estrechamente ligada a su compromiso libertario, a pesar de que allá por los años 50, tuviera una participación breve y decepcionante, según el mismo relató, con el Partido Comunista.

Si en otras regiones como Aragón o Cataluña era algo común que una familia entera estuviera unida por sus ideales anarquistas
(véase el caso de los hermanos Ascaso, Casrrasquer o Arch), que en Castilla, y concretamente en la provincia de Zamora, eso ocurriese, era algo absolutamente excepcional. Ese carácter excepcional lo reúne la familia Lobo. A la trayectoria política anteriormente citada de Lobo, hay que unir la de su padre, perteneciente a la 39 Brigada y asesinado en 1938 al ser bombardeado el estudio del artista en el cual se encontraba. Su hermana Visitación, estuvo relacionada desde joven con el movimiento libertario y muy cercana a la organización Mujeres Libres, en la cual participó para reavivar dicha organización una vez terminada la guerra y creando posteriormente junto con Lucia Sánchez Saornil una organización llamada Mujeres Antifascistas.

Posteriormente se uniría sentimentalmente a Gregorio Gallego, siendo uno de los destacados de la CNT en la Defensa de Madrid. Baltasar tuvo otra hermana más activista aún, que durante la guerra formó parte de la comisión de propaganda de Mujeres Libres y que una vez terminada en 1939 se incorpora a la clandestinidad, sirviendo de enlace a los batallones de trabajadores.

Tras la victoria fascista, Baltasar junto con otros tantos artistas, abandonarían el país en dirección al exilio francés, quedando a España huérfana artística e intelectualmente. Como indica Violeta Izquierdo en su trabajo “El arte del exilio republicano español”, se puede diferenciar dos grandes núcleos de población al cual se dirigieron los exiliados en Francia: Toulouse y París. A la primera ciudad se dirigieron principalmente aquellas personas de base más popular y sindical. A la segunda, las personas de carácter pequeño-burgués e intelectual. Baltasar, por lo tanto, se establecería en Montparnasse (París), en el taller abandonado por Naum Gabo, lugar de gran efervescencia cultural y artística, donde pasaría el resto de su vida hasta su muerte, en 1993. A su llegada a París, Baltasar y Mercedes son acogidos por el gran artista Picasso, siendo Mercedes su secretaria durante bastantes años, dejando constancia de ello en sus obras “Picasso” y “Los artistas españoles de la Escuela de París”.

Tanto para Mercedes, como sobre todo para Baltasar, tuvieron el lujo de poder estar en la capital parisina junto con el

BALTASAR LOBO CASUERO:

UN ESCULTOR ANARQUISTA EN LAS CALLES DE ANDALUCÍA

ALMERÍA – DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 2009 AL 25 DE ENERO DE 2010

Artículo: Milagros Soler

Reportaje fotográfico: Jesús Vílchez

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INTRODUCCIÓN

La obra del dibujante y escultor anarquista Baltasar Lobo ha sido expuesta recientemente en las calles de distintas ciudades andaluzas. Autor imprescindible para comprender la transición al informalismo escultórico, su universalidad conceptual traspasa las barreras del tiempo, vinculándose al compromiso social que caracterizó su vida y que ha dado carácter único a su creación. Fruto de su admiración por las formas cicládicas y del mundo ancestral ibérico, resultado de sus contactos con las vanguardias surrealistas y existencialistas del exilio, las criaturas estáticas llenan espacios de nuestros lugares cotidianos de paso, invitándonos a una reflexión sobre la participación popular en el arte que tanto se esforzara en propiciar desde su ideología libertaria.  

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Participará del movimiento escultórico que pretende innovar el asfixiante academicismo imperante a finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, como hicieron otros artistas  vanguardistas entre los que citamos a  Rodin, Brancusi, Medardo Rosso y Picasso, entre otros. Persigue las formas puras y plenas de vida, resultado de su curiosidad y amor por la biología. Las divinizaciones se transforman en metáforas laicas  con aspectos totémicos que pretende explicar el origen primigenio de todas las naturalezas. Las «maternidades» adquieren la dimensión de figuras generadoras de la vida, asumiendo un contenido simbólico comparable al de la madre-tierra de las civilizaciones primitivas.

Recurriendo a una espiral de abstracción ilimitada, las voluptuosas formas dan protagonismo a figuras femeninas en las que destacan sus intemporales maternidades, su amor por la libertad inserta en la naturaleza o sus recorridos por un tiempo placentero, al que accedemos desde la belleza de las formas puras. Enredadas en la atmosfera del paisaje urbano, las esculturas de Baltasar Lobo alcanza la máxima expresión del sentimiento liberador con que el autor quiso regalarnos, exentas ya de aristas confrontadoras como las de sus dibujos belicistas de una época y una experiencia vital latente, pero ya superada.

BIOGRAFÍA

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JUVENTUD

Baltasar Lobo nace el 22 de febrero de 1910 en un pueblo de la provincia de Zamora llamado Cerecinos de Campos. Su familia, de origen campesino, induce al muchacho a instruirse en el oficio de su padre, dedicado a la carpintería. Huérfano y dueño de un pequeño taller de carretería, Isaac Lobo comprará una casa casi en ruinas que rehabilitará para acoger en ella a sus hermanos. Según comentará años después su hija Visitación Lobo,  realizaba trabajos muy duros aunque bien remunerados, que dejarían huella en su salud debido a las inhalaciones de los vapores resultantes de la fundición del hierro. Dotado de una reconocida inteligencia y siendo un trabajador ejemplar, en su local se celebraban reuniones de las gentes que tenían interés en debatir temas políticos y problemas cotidianos. A pesar de terminar exhausto, asistía a las clases nocturnas que impartía el maestro Rosendo Rosada. Siempre procuró rodearse de todos aquellos libros que estuvieran a su alcance. Nunca estuvo afiliado a ninguna asociación política, si bien  llegó a ser alcalde del pueblo durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, participando en actividades en contra del gobierno autoritarista de este militar. Liberal y autodidacta, gustaba de leer en familia obras de autores clásicos como Zorrilla, Guimerá, Calderón, Tolstoy o  Dostoievsky. Realizando un gran esfuerzo económico, consiguió dar estudios a todos sus hijos, a los que inculcó afán de superación y espíritu de lucha.

Baltasar («Balta», como le llamaban familiarmente), aunque ayudaba en el negocio paterno, no le motivaba seguir la trayectoria profesional de su progenitor. Siendo niño manifiesta actitudes destacadas en el dibujo y la escultura, ingresando a la edad de doce años en la Escuela Cervantes de Benavente. Sus primeras obras personales las realizará en yeso y barro cocido (terracotas), sirviéndole amigos y familiares como modelos. Será en ella donde entra en contacto con los modelos griegos de las formas cicládicas que tanto habrán de influir en su obra. Su maestro recomienda que siga estudios en Valladolid, lo que consigue gracias a una beca e la Diputación Provincial de Zamora. En el año 1922 entrará como aprendiz en el taller de Ramón Núñez (Valladolid) donde trabaja tallando retablos y figuras en madera anónimas, que son expuestas en diferentes iglesias de la comarca. En 1923 entra en la Escuela de Artes y Oficios y asiste a las clases que se imparten en el Museo de Bellas de Valladolid, obteniendo un año después una beca para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1927), cuando contaba sólo con diecisiete años. Apenas permanece en ella unos meses, abandonándola por resultarle excesivamente academicista, perdiendo la beca. Para ganarse la vida comienza a trabajar en el estudio del poeta anarquista Ángel Garzón que conoce en la escuela de modelado del Círculo de Bellas Artes.

 

 Escultura cicládica griega
Escultura cicládica griega

 

Escultura femenina de Baltasar Lobo 
Escultura femenina de Baltasar Lobo 

 

Escultura ibérica
Escultura ibérica

 

Como hiciera su padre, mientras trabaja para ganarse la vida asiste a clases nocturnas en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, donde colabora y participa en exposiciones colectivas con otros compañeros de clase. Parece ser que a partir del momento en que conoce a Madrigal y su libro «Arte y compromiso. España 1917-1936» cuando se posiciona abiertamente con las clases populares y marginales como mendigos y prostitutas. A los diez y seis años realiza en escayola su escultura «El esclavo» para la Diputación Provincial de Zamora, representando a una figura masculina en la acción de liberarse de sus ataduras. Este gusto por las formas clásicas se consolidará, pasado el tiempo, durante su viaje a Grecia en el año 1977, elaborando una serie de trabajos que agrupará bajo la denominación de «Los Centauros».

A través de Ángel Garzón,  dueño de un taller de escultura en Madrid y militante libertario, Lobo empieza a integrarse en el movimiento anarquista en que participará activamente durante la guerra civil. En 1936 se integra en las filas libertarias desde la sección de Artes y Letra, dando lecciones en el frente  a los milicianos que no sabían leer ni escribir. Armonizaba así la filosofía ácrata de hacer la revolución (crecimiento personal y humanista del individuo) al mismo tiempo que la guerra, combatiendo al fascismo.

 

Dibujo en carboncillo sobre un estudio del "Espinario" conservado en los Museos Capitolinos de Roma
Dibujo en carboncillo sobre un estudio del «Espinario» conservado en los Museos Capitolinos de Roma

 

"Espinario" de época helanística (Copia anónima del siglo XVII conservada en el Museo del Prado)
«Espinario» de época helanística (Copia anónima del siglo XVII conservada en el Museo del Prado)

 

Pasará algún tiempo dedicado a esculpir trabajos por encargo, principalmente para panteones funerarios y lápidas mortuorias. Su estancia en Madrid le pone en contacto con el arte de los íberos al visitar el Museo Arqueológico de la capital. El esquematismo y la pureza de formas le impresionaran profundamente, constituyéndose a partir de ese momento, en uno de los objetivos espirituales y simbólicos en su creatividad. Importante será también,  en el perfil artístico y estético del escultor, la relación que establecerá posteriormente con artistas como Picasso, Gargallo, Salvador Dalí y otros protagonistas del movimiento surrealista y existencialista de la época.

Al estallar la sublevación militar su familia deja Zamora instalándose en Madrid, donde vivía el artista, con la idea de permanecer unidos en tiempos que se auguraban difíciles. Allí adquieren una casa en las afueras, donde una vez más, Isaac Lobo construye un taller para su hijo. Taller que tendrán volver a abandonar por establecerse en esa zona de Usera la línea del frente en el Manzanares para la defensa de capital. Familia comprometida con la república y la causa de los trabajadores, todos sus miembros tomaron parte activa en el movimiento revolucionario que se vivía en esos momentos. Isaac Lobo perteneció a la 36ª Brigada Mixta formada el primero de enero de 1937 (BM), encargada de la defensa de la línea Usera- Villaverde, donde los enfrentamientos llegaron a recrudecerse hasta tal grado, que el barrio llegó a conocerse como el “campo de las calaveras” por la cantidad de cadáveres encontrados al terminar la guerra. Dará lugar a la leyenda del famoso “Túnel de la muerte”.  Víctima de esos bombardeos, Isaac pierde la vida cuando visitaba el estudio que él mismo había creado (1938) y toda la obra de Baltasar quedará destruida. Apenas se salvan unas cuantas, que tendrán que malvender para poder sobrevivir.

 

Baltasar Lobo en su taller, según un óleo de Dayez. Fuente: Revista "Solidario" n º. 13
Baltasar Lobo en su taller, según un óleo de Dayez. Fuente: Revista «Solidario» n º. 13

MADUREZ  Y EXILIO

Las dos hermanas de Baltasar Lobo también prestaron militancia en las filas anarquistas. Visitación Lobo, la menor de ellas, fue una de las fundadoras de la organización «Mujeres Libres», asociación feminista de las mujeres de la Confederación Nacional del Trabajo (C. N. T.) y estuvo unida sentimentalmente a Gregorio Gallego, miembro destacado del Comité de Defensa del frente de Madrid. Durante todo el tiempo que dura el enfrentamiento bélico, Baltasar abandona sus actividades escultóricas para dedicarse a ilustrar revistas libertarias y hacer carteles de propaganda para el Frente Popular. En ellos dejará constancia de su preocupación por la emancipación del campesinado, realizando dibujos de gran valor artístico como el hecho a carboncillo del dirigente anarcosindicalista  Buenaventura Durruti (1937). En esos días realiza también con la misma técnica de lápiz-carbón su obra «Asesinos», editada el primero de mayo de 1937, describiendo con gravedad los horrores de la guerra. Seguramente bajo la influencia de la serie negra de Goya, para muchos estudiosos de Arte, el dibujo en cuestión serviría de inspiración al famoso «Guernica» de Pablo Picasso. Otros, sin embargo, afirman que dicha composición escénica era típica en aquellos momentos en los carteles de propaganda.

 

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Lobo participará abiertamente en la guerra civil alineado en las filas del Frente Popular republicano. En plena juventud formará parte del Comité de la Federación Ibérica de las Juventudes Libertarias (F.I.J.J.) surgida en Madrid en el año 1932 y que continuó activo  en París tras la caída de la Segunda República española. En todas sus creaciones de este momento deja constancia de su preocupación por la emancipación del campesinado en el que tenía insertas sus raíces familiares, colaborando en publicaciones como «Campo Libre». También  quiere contribuir a la concienciación de los trabajadores y en la propagación de la ideología anarquista ilustrando textos anarcosindicalistas en «Tierra y Libertad», órgano oficial de propaganda de la Federación Anarquista Ibérica (F. A. I.). Su participación en la liberación de la mujer lo hace a través de aportaciones a la revista «Mujeres Libres», en cuya fundación como ya hemos dicho antes, participaría su hermana Visitación Lobo y la que habría de ser su compañera sentimental, Mercedes Camaposada Guillen.

 

Visitación Lobo y su marido Gregorio Gallego, hermana y cuñado de Baltasar Lobo. Fotografía realizada para la entrevista para la revista "Solidario" n º 13 (Octubre de 2007)
Visitación Lobo y su marido Gregorio Gallego, hermana y cuñado de Baltasar Lobo.. Fotografía realizada para la entrevista para la revista «Solidario» n º 13 (Octubre de 2007)

 

Baltasar Lobo conoce a Mercedes Camaposada Guillen a la edad de veinte y tres años. Abogada y escritora, ejerció como pedagoga en las empresas sociales de las organizaciones anarquistas. Nacida en Barcelona el 14 de agosto de 1901, fue hija de un zapatero autodidacta socialista. Comenzó a trabajar como montadora de películas cinematográficas y estuvo afiliada al Sindicato de Espectáculos Públicos de la Federación Catalana de la C. N. T. Viajó a Madrid para terminar sus estudios, teniendo como maestros al poeta Antonio Machado y José Castillejo. Licenciada en Derecho, intentó crear escuela de adultos para obreros que no sabían leer ni escribir. Le apoyaba en esta empresa el ideólogo anarquista Valeriano Orobón Fernández. La iniciativa no tuvo mucho éxito, dadas las circunstancias político-sociales del momento y la resistencia de los hombres a ser instruidos por las mujeres.

Valeriano Orobón Fernández fue sin duda uno de los ideólogos anarquistas con mayor formación intelectual de la época. Hijo de un militante del Partido Socialista Obrero Español (P. S. O. E.) se afilió a la C. N. T. a la edad de catorce años y a los dieciocho representa a esta organización por Valladolid en el Congreso de la Comedia, celebrado en 1919. Perseguido y encarcelado, expulsado de Asturias, inicia el exilio hacia París en 1924, donde continúa con sus actividades políticas. En 1926 es expulsado de Francia por su participación en un mitin contra la dictadura de Primo de Rivera. En Alemania se instala en Berlín, asumiendo la secretaría de la Asociación Internacional de Trabajadores (A. I. T.). Cuando se declara la República vuelve a España, donde intenta propiciar la unión con la U. G.T. (Unión General de Trabajadores, sindicato con afinidades ideológicas con el P. S. O. E. Cuando se inicia la campaña de represión de la huelga de La Canadiense, Valeriano Orobón es  encarcelado en la cárcel Modelo de Barcelona, en la que contraerá una grave enfermedad que le acompañará toda su vida. A su salida de la prisión, se aloja en la casa de Mercedes Camaposada, compañera de Baltasar Lobo.

 

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Mercedes Comaposada de mujeres libres
Mercedes Comaposada de mujeres libres

 

Mercedes Comaposada compañera sentimental de Baltasa Lobo
Mercedes Comaposada compañera sentimental de Baltasa Lobo

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Unidos en el proyecto de formar a la clase trabajadora, Valeriano Orobón apoyó a Mercedes en un nuevo intento de divulgar la cultura entre las clases populares cuando esta se propuso dar clases a las mujeres que estaban sufriendo la represión del machismo imperante.  En Abril de 1936 funda el movimiento feminista ácrata «Mujeres Libres», en cuya revista publicará sus dibujos su compañero sentimental Agustín Lobo. En el exilio trabajará como secretaria del pintor malagueño Pablo Picasso. Publicará artículos de carácter ideológico y político en distintas revistas y escribirá varios libros, entre los que encontramos títulos como «Esquemas» y «Las mujeres de nuestra revolución»  (1937), «La Ciencia en la mochila» (1938), «Conversaciones con los artistas españoles de la Escuela de París» (1960) que firma como Mercedes Guillén, suprimiendo su apellido paterno, y una historia sobre la organización «Mujeres Libres».

En este contexto de militancia y lucha, Baltasar Lobo pasó la primera parte de su vida. Al terminar la guerra, con la derrota del Frente Popular y la caída de la Segunda Republica, se ve obligado a exiliarse a Francia. Se instala en París donde fija su residencia gracias a la solidaridad de otros artistas españoles con mejor posición económica. Poco después, Mercedes se unirá a su destierro llevando consigo parte de la obra que había quedado en España. Instalados en el barrio de Montarnos, ocupa un taller que había pertenecido a otro célebre escultor: Naum Gabo (1939). Establece amistad con Henri Laurens y comienza a realizar una serie de exposiciones, siendo la primera en la Galerie Vendôme compartida con otros grandes del mundo de la cultura. Su primera exposición individual tiene lugar en Estocolmo (Galerie Blanche, 1941). Su primera gran obra de relieve internacional la realiza por encargo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva para la Universidad Central de Venezuela (1951), con el título «Maternité». El vínculo con la nación venezolana se mantendrá a lo largo de toda su vida.

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Al terminar la guerra Baltasar Lobo tiene que exiliarse a Francia, donde logra librarse de la suerte de otros compatriotas que eran hacinados en playas, fábricas abandonadas y auténticos campos de concentración. La amistad con un periodista sueco que había conocido en Barcelona le permiten contactar con otros españoles que habían corrido la misma suerte, con los que establece lazos de solidaridad y de ayuda mutua. Se instala en Montparnase, barrio ocupado por artistas pobres, a diferencia de otros más adinerados como Pablo Picasso, que tendrá su residencia en la zona de los Campos Elíseos. Mercedes Camaposada no tendrá tanta suerte ya que será hecha prisionera y retenida contra su voluntad durante varios meses y en condiciones de insalubridad difícilmente soportables. Durante ese internamiento contraerá una enfermedad crónica que padecerá hasta el momento de su muerte. 

En Francia, Baltasar continúa trabajando como pintor y escultor. Para sobrevivir venden algunos dibujos que Mercedes había conseguido traer con ella desde España. Ante la situación económica que ambos compartían, deciden visitar a Picasso que, conocido por su solidaridad con las gentes del exilio, les ayudará a sobrellevar esos días en la capital francesa. En París, Lobo se presentará en el estudio del pintor malagueño llevando consigo una carpeta en la que contenía algunos de sus mejores dibujos. Pablo le anima a seguir adelante, infundiéndole ánimos que resultan decisivos en ese momento de la carrera del anarquista zamorano. Obtiene el permiso de residencia y gana algún dinero con el que pone un pequeño taller en una calle en la que también vivían Gabo y Henri Laurent. El encuentro con esta último en la Galería Zarvos (1939) fue también decisivo en la trayectoria artística de Baltasar Lobo. La amistad que inicia con Laurens, en cuyo taller trabajará durante algún tiempo, durará toda la vida y de é adoptará su gusto por las formas curvilíneas así como la concepción de las percepciones cubistas.

 

 

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La fama de Baltasar empieza a tener connotaciones internacionales y a desvincularse del movimiento anarquista, incorporándose de manera más aséptica a las creaciones abstractas. Un viaje a la Unión Soviética le produce un fuerte desencanto que le alejará definitivamente de su relación con el socialismo comunista, con el que mantenía cierta relación por su contacto con otros intelectuales y exiliados españoles huidos de la represión franquista. Influido por el espíritu de fraternidad universalista contribuirá, junto a otros artistas franceses y españoles a la elaboración de un gran mural para el Hospital Psiquiátrico de Sainte Anne que acogía a la población marginal de París (1945). Durante los años cuarenta vinculará las formas populares a la esquematización de las figuras. De ese momento tenemos ejemplos como «Ídolo» (1941) y «Campesina» (1942), así  como diferentes estudios sobre el denudo femenino y las «maternidades». Aunque inicia un recorrido experimental con  piezas más abstractas, sigue bajo la influencia el mundo clásico como se demuestra en sus cabezas de toro con paralelismo en el Mediterráneo minóico centauros que nos sugieren un retorno a los sempiternos modelos griegos.

 

 

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Paris, Praga, Estocolmo,  Frankfurt,  Zürich, Luxemburgo, Bruselas,  Tokio,  Osaka, Caracas…La  obra de Baltasar Lobo recorrerá todas las galerías de las ciudades más importantes del mundo. A partir de los años setenta ya estará absolutamente consagrado en Europa  como artista imprescindible para comprender el arte contemporáneo. En los años ochenta empieza a exponer en su tierra, celebrando su primera exposición en Zamora (1984) y siendo homenajeado en la VIII Bienal que se celebra de esta ciudad (1986).

 

 

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SU OBRA

Durante la década de los años cuarenta sus esculturas figurativas como «Ídolo» (1941), «Campesina» (1942) y sus alegorías a la maternidad empiezan tomar formas abstractas. Ninfas, centauros con torsos femeninos, tauromaquias y toda clase de formas le sirven para consolidad su propio estilo que en los años cincuenta se manifiesta perfectamente consolidado. La tosquedad de sus texturas  va perdiendo protagonismo en aras de una mayor abstracción, resultado de la influencia de Constantin Brancusin. Inicia una fase de investigación del desnudo femenino que refleja en estudios de maternidades y bañistas, ninfas y centauros. A partir de los años cincuenta ya ha elaborado un lenguaje propio con absoluto dominio de los volúmenes que trabaja en bronce y mármol con un depurado pulido en los que la refracción de la luz adquiere importancia. La monumentalidad de sus creaciones alcanzan su máxima expresión en las esculturas urbanas, principalmente en las conocidas como «A los españoles muertos por la Libertad» (Annecy, 1948) y   «El homenaje a León Felipe» (Zamora, 19839).

 

 

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La mujer será un referente inequívoco del escultor- La representa en posiciones sedentes y reclinadas de gran serenidad, o bien con erguida majestuosidad y gesto orgulloso de su condición femenina. Es la mítica «Magna Mater», principio de las diosas femeninas de las religiones ancestrales y a la vez, la idealización de los primeros recuerdos de la infancia. Siendo un tema recurrente en los artistas tras la Segunda Guerra Mundial, Baltasar Lobo sabe darle una identidad propia con volúmenes de curvas sensuales, interpretadas por muchos especialistas en arte como una reacción al cubismo comunistoide picassiano. Las maternidades del escultor anarquista emanan  alegría y naturalidad asociada a la libertad del vuelo de los pájaros. En algunas de sus creaciones es fácil identificar el pequeño cuerpo recién llegado al mundo con un ave cuyo vuelo es sostenido por los brazos de la madre.

 

 

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Sus esculturas llevan igualmente implícitos sueños de melancolía por una madre que apenas pudo disfrutar, ya que quedó  huérfano siendo aún un niño. Tenía un sentido religioso de la escultura y entre sus proyecciones artísticas tenía como objetivo conseguir el efecto de ingravidez en el pesado mármol: «Siempre he soñado con una escultura de mármol que sea como un vuelo que se eleve desde el suelo, que se eleve desde el suelo para brillar en medio de la luz y nos haga olvidar la pesadez y la penalidad de la tierra».

Reconocido a nivel internacional antes que en su propio país, recibió toda suerte de galardones y premios, entre los que mencionaremos:

– PREMIO ANDRÉ SUSSE DE ESCULTURA. 1958

– PREMIO JACQUES LENCHENER. 1974

– PREMIO OFICIAL DE LAS ARTES Y LAS LETRAS DE FRANCIA.1981

– PREMIO NACIONAL DE LAS ARTES  PLÁSTICAS DE ESPAÑA. 1984.

– PREMIO DE CASTILLA Y LEÓN DE LAS ARTES.1985,

– ORDEN ANDRÉS BELLO DEL GOBIERNO DE VENEZUELA.1989

 

 

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Realizó las siguientes exposiciones:


1971. Retrospectiva, Maison de la Culture, Bourgues, Francia
1972.Galerie Im Rathaus Tempelhof, Berlín. Galería Theo, Valencia
1976.Galerie Nathan, Zürich
1977.Galerie Kutter, Luxemburgo
1978.Musée Toulouse-Lautrec, Albi, Francia
1980.Galerie Appel und Fertsch, Frankfurt
Galerie Paul Valloton, Lausana
Galería Italia, Alicante
1981.Galería Freites, Caracas
1984.Alcaldía, Cericinos de Campos, España
Sala de Exposiciones, Caja de Zamora, Zamora
1985.Galerie Nathan, Zürich
1988.Galerie Daniel Malingue, París
1989.Galerie Nichido, Tokio
M.A.C. de Caracas, Caracas
1992.Kunsthalle, Tübingen
Museo de Arte de Umeda, Osaka
Museo de Tokio, Tokio
1993.Galería Freites, Caracas
1994.Galería Leandro Navarro, Madrid
1995.Centre d’Arts Plastiques, Royan
Iglesia de la Encarnación, Zamora
1997.Fundación cultural Mapfre Vida, Madrid
2006.Galería Leandro Navarro, Madrid
2009.»Baltasar Lobo en el Museo de Bellas Artes de Asturias»

         (Museo de  Bellas Artes de Asturias. Oviedo )

Baltasar Lobo falleció en París a la edad de 83 años, sorprendiéndole la muerte cuando estaba inmerso en numerosos proyectos creativos y museísticos que habrían de ubicarse en tierras zamoranas.

 

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Fuente: Revista «Solidario» n º. 13

BALTASAR LOBO

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Baltasar Lobo en su taller, según un óleo de Dayez.

Conocí a Baltasar Lobo en París, a principios de los años 60 y traté a Mercedes y Balta durante toda mi estancia en la ciudad, es decir durante 10 ó 12 años. Siempre me deslumbró esta pareja inteligente, inquieta, de una austeridad y sencillez casi monacal. La mirada de Balta, como un relámpago de inteligencia y bondad, siempre dispuesto a la sonrisa, se volvía implacable cuando se trataba de la injusticia; siempre tierna y acogedora cuando se trataba de la amistad. Era hombre de pocas palabras, no le hacía falta hablar,lo decía todo con su actitud.

Agnóstico y panteísta, de una cultura asombrosa, sobretodo conociendo sus orígenes campesinos, sus comienzos como ayudante de su padre, artesano en Cerecinos de Campos. ¿Cómo había adquirido ese espíritu refinado, que coordinaba tan naturalmente a su rudo oficio de escultor, cincel en mano, y que transmitía a sus esculturas grandiosas, potentes y de una ternura conmovedora?

SU VIDA. SU AMBIENTE FAMILIAR.

Su padre, Isaac Lobo, artesano carpintero, quedó huérfano muy joven, a la tutela de sus cuatro hermanos, la más pequeña de dos años. Se casó muy pronto porque no podía él sólo sacar adelante a sus hermanos. Se llevó a vivir con él a su hermana pequeña – Marta – que se crió con la familia. Compró una casa en ruinas – las construcciones eran de adobe y se “derretían” cuando llovía – y montó su vivienda y su taller de carretería. Le ayudaban en sus labores dos muchachos aprendices. La carretería era un oficio bien remunerado, ya que era un medio de transporte fundamental, sobretodo en el campo y lugares alejados a dónde no llegaba el tren. Un oficio muy duro puesto que las llantas de hierro había que trabajarlas al fuego en el propio taller y los calores eran sofocantes.

“A veces, mi padre – cuenta Visitación, la hermana pequeña – cuando acababa el trabajo tenía que meterse en la cama con unos temblores terribles” Inteligente, y trabajador, atraía en su taller todas las tardes una reunión de los notables del pueblo en que se discutía de los problemas cotidianos, de política y en la que él, muy a su desagrado, casi no podía intervenir, porque tenía que continuar con su trabajo. Por las noches el maestro – Rosendo Rosado – daba clases voluntariamente a los casados del pueblo para enseñarles a leer, escribir y las bases rudimentarias de la gramática, geografía, historia, etc., a las que acudía Isaac, ansioso de aprender. Leía todo lo que podía, y siempre que iba a la ciudad a buscar una carga de madera, volvía con un montón de libros que había comprado en alguna subasta.

Liberal y progresista, nunca estuvo afiliado a ningún partido político. Fue alcalde del pueblo durante la dictadura de Primo de Rivera, y participó en lafamosa “Alcaldada” contra el gobernante.Recuerda Visitación – a sus ochenta y siete años – que por las noches,reunidos alrededor de una “cocina económica” que se alimentaba con la leña  que se hacía con los restos de la madera del taller, su padre les leía los clásicos, Calderón, Campoamor, Zorrilla, Guimerá, que estaba muy de moda entonces, y como no, toda la literatura rusa de Dostoievsky a Tolstoi. A pesar de las estrecheces económicas que pasaron en peores momentos, cuando ya el padre se quedó en el paro a los 50 años, todos los hijos estudiaron.

A Baltasar, que no le gustaban nada las labores del campo y en cambio demostraba su habilidad para tallar la madera y el dibujo, a los 12 años lo manda a Benavente, a la escuela Cervantes, donde al año el maestro recomienda a Isaac que mande al chico a Valladolid donde podría aprender más que con él, y gracias a una beca que le concede la Diputación Provincial de Zamora, en 1923 empieza Lobo a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid y a trabajar al mismo tiempo en un taller de imágenes religiosas, donde conoce al que sería su amigo de toda la vida, Vaquero. Era tal su disposición y perfección en el oficio de tallista que consigue otra beca, en 1927, para Madrid, para la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, y allá va él sólo, con 17 años, a la capital. Toda una aventura para un chaval de esa edad.

LA VIDA EN MADRID

Abandona a los pocos meses la Escuela de San Fernando, porque la enseñanza allí es excesivamente académica para él, y por tanto pierde la beca. Entra a trabajar en el taller de Ángel Garzón como tallista, para ganarse la vida; “Hacedor de santos” le decían en el pueblo. Allí establecerá sus primeros contactos con el anarcosindicalismo, a través del propietario del taller, Garzón, poeta ácrata al que había conocido en las clases de modelado del Círculo de Bellas Artes. La familia entera se traslada a Madrid para estar más próximos al hijo, y se instalan en una casita en las afueras de Madrid donde el padre construye un taller para Baltasar, con una gran claraboya al Norte, y de donde tendrían que salir huyendo poco después, ya declarada la guerra, por el acoso de las tropas subversivas que llegaban desde Toledo y allí justamente se había establecido la línea del frente de defensa de Usera.

La casa fue bombardeada y de sus ruinas no se pudo recuperar apenas nada: algunas fotos familiares, un cristo realizado por el chico que tuvieron que vender para mantenerse y alguno de los retratos que Balta había hecho de sus familiares y amigos. Es natural que un joven trabajador sensible, inmerso por inteligencia natural en la idea de la justicia que no había visto por ninguna parte a su alrededor en esa vida del campo en la que se había desarrollado; que por el contrario era continuamente herido por la miseria de los campesinos, la crudeza del trabajo mal remunerado, en una palabra, la injusticia, fuera rápidamente seducido por las teorías ácratas, que venían a solucionar los problemas irresolubles para él, y podrían llegar a crear un mundo igualitario, justo y feliz. Se podía realizar la utopía. Y los medios estaban prácticamente todos allí: la cultura era el arma fundamental para conquistar la libertad y la esperanza, que no se puede perder nunca, de que mejorando día a día, generación tras generación se logre llegar al fin al “Jardín de la Acracia”

Para eso no hay que dejar morir a Don Quijote, el gran Anarquista. Así lo consideraba Anselmo Lorenzo que en su “Quijote libertario” se niega a dejarmorir a su personaje que: “por los ásperos caminos de la locura y del dolor va el verdadero hidalgo, el esforzado guerrero, el generoso adalid, a la gloriosa conquista que excede en mucho en mérito a la que él mismo pudo soñar delCid y del sin par Amadís de Gaula”(1) “¿Porqué no salvar a Don Quijote de la muerte?” Se pregunta Litvak, como lo hizo también Unamuno en su “Vida de Don Quijote y Sancho”. “Así se puede completar con ese mito el cuadro estético literario, engendrado en una unidad de fe visionaria y en un ardiente sentido de justicia y libertad.”(2) Es este anarquismo Bakuniano el que prende profundamente en el espíritu del joven Baltasar Lobo, el que formará su carácter y transmitirá a su propia vida y a su obra: austeridad, justicia, amor al prójimo para conseguir un mundo feliz.

El final de la dictadura de Primo de Rivera, la llegada de la Segunda República en 1931, es un momento de euforia general. La CNT vuelve a salir de la clandestinidad, la FAI está pleno apogeo. Los artistas se mueven, se crea la UEAR – Unión de Escritores y Artistas Revolucionarios, Josep Renau a la cabeza, que pronto se convierte en la UEAP – Unión de Escritores y Artistas Proletarios. En 1933 comienza a manifestarse el descontento de algunos intelectuales que esperaban más compromiso social por parte de la República que se desviaba de su verdadera causa de alcanzar la revolución social. El propio Rafael Alberti se revela contra esa dulcificación de la república,by a partir de ese año se manifestaba, tanto en su obra como en su acción vital, una radicalización hacia el compromiso con el proletariado.

Federico García Lorca, que siempre rechazó la violencia, marca su compromiso con el pueblo. En 1935 en un acto organizado por el Ateneo Enciclopédico Popular da una conferencia-recital, en colaboración con Margarita Xirgu, en conmemoración del primer aniversario de la Insurrección de Asturias, que puso de pie a todo el teatro, abarrotado de obreros que gritaban enloquecidos “¡Viva el poeta del pueblo!”, según cuenta el propio poeta emocionado en una carta a su familia. El anticlericalismo empieza a crecer por todas partes, el ambiente en el que se movían los más radicales y críticos con la República rezuma odio a la Iglesia, a la riqueza de la Iglesia y al poder que ejerce sobre el gobierno.

En 1933 Alberti publica en la revista “Octubre” un artículo titulado “La Iglesia marcha sobre la cuerda floja”; Buñuel ya había sido duramente criticado por Jiménez Caballero por la escena de “Un perro andaluz” en la que dos curas son arrastrados por un basurero. Ramón J. Sender defiende en “Solidaridad Obrera” la quema de conventos… los ánimos están enardecidos. Aparecen un sinfín de revistas de corte anarquista o de inspiración soviética como “Tiempos nuevos”, “Sin Dios” órgano de la Liga Atea o “Solidaridad obrera”, de los anarcosindicalistas; “Tierra y libertad” publicación anarquista que ataca ferozmente al PSOE por autoritario, y que está profusamente ilustrada con fotomontajes o dibujos por Les, Niv, Esbelt, Victor-Hino, condiscípulo éste de Genaro Lahuerta, y que resume en esta frase el pensamiento común: “Yo entiendo, compañeros, que Arte y Anarquía son sinónimos, y ambos entre sí, resumen del sublime ideal de Belleza y Libertad”

El joven Lobo va a volcar todo su ánimo creativo en la colaboración en estas revistas anarquistas que coinciden con sus instintivos principios. Encontramos sus dibujos, de fuerte carácter expresionista, en muchas de ellas: “¡Campo Libre!”, semanario de la revolución campesina, en la que muchas de las ilustraciones con las que colabora se refieren a la vida cotidiana del campo en la que se reflejan las miserias y explotaciones que deben soportar los campesinos, pero sin destacar un gran compromiso político; en “Tierra y libertad” – órgano de la Federación Anarquista Ibérica (FAI; “frente libertario”, dedicadas casi todas a la defensa de Madrid ante el acoso fascista; y sobretodo “Mujeres libres”, primera publicación dedicada a los problemas de la mujer, fundada por un grupo de mujeres libertarias entre las que se encontraba Mercedes Comaposada Guillén, periodista y compañera hasta el final de sus días de Baltasar, y Amparo Poch y Gascón, médica.

Una de las más conocidas de las publicadas en esta revista, o que más ha dado de que hablar recientemente3, hasta compararla con el Guernica de Picasso, es la titulada “¡Asesinos!”, aparecida en el primero de mayo de 1937 lo que da que pensar a Arturo Madrigal si Picasso no había visto este dibujo antes de comenzar su Guernica, cosa que hubieran podido darse, puesto que el colectivo de “Mujeres libres” tenía corresponsales prácticamente en toda Europa, y desde luego en París. Pero demasiado arriesgada me parece esta propuesta. Lo que no cabe duda es que todos, o prácticamente todos, los pintores en esta época optan por el compromiso político, unos más profundamente que otros, y denuncian los horrores de la guerra. Las actitudes de los personajes coinciden, como no podría ser de otra manera: madres con sus hijos muertos clamando al cielo, brazos en alto desesperados, puños cerrados por el horror y la rabia; desde Goya pasando por Julio González, Picasso, y una pléyade de artistas “menores” que con más o menos aciertos plásticos expresan a su manera la desesperación y el horror que les ha tocado vivir.

En 1936 se enrola en las milicias libertarias, sección de Artes y Letras.Su misiva en el frente es enseñar a los soldados a leer y escribir. Durante todo el periodo 1936 – 1939 podría decirse que se olvida de la escultura y se dedica fervientemente a la ilustración de todas estas revistas libertarias, que surgen como hongos, carteles, panfletos, pasquines… en losque ya se detectan sus preocupaciones fundamentales: el campesinado, los derechos de la mujer y la maternidad. Tras la derrota se refugia en Francia como el resto del ejército republicano.

LA HUÍDA. LA OTRA GUERRA.

Al atravesar penosamente los Pirineos huyendo de la represión militar, caen en otra trampa. En Francia funciona lo que se llama la política de represión contra los “extranjeros indeseables”. Se habilitan fábricas abandonadas y almacenes como campos de detención de estos “indeseables”. Lobo se libra de ellos gracias a un periodista sueco con el que había trabado amistad en el frente de Barcelona, pero su compañera Mercedes es internada y retenida durante dos meses y de donde saldrá con una grave enfermedad que le acompaña toda su vida. Ya había comenzado el éxodo del grupo surrealista, entre los que se contaban bastantes de ellos, indeseables por extranjeros (fundamentalmente judíos), troskistas y anarquistas. Inundan la ciudad con un panfleto “A bás les lettres de cachet, ¡A bás la terreur grise!”, donde denuncian la situación de represión que se vive contra los recién llegados. “… en Francia se hacina a los refugiados republicanos como a unos toros salvajes. Estos mismos hombres están condenados a muerte al otro lado de los Pirineos, como condición indispensable de mantenimiento del orden fascista. De este lado de los Pirineos, están sometidos a todo tipo de sufrimientos y privaciones en los campos hospitalarios que todos conocemos”.

Así estaban las cosas en Francia en 1939, unos salían huyendo mientras otros llegaban igualmente huyendo. Valga como ejemplo el testimonio de Benjamín Peret. Surrealista, anarquista había participado voluntariamente en la guerra de España, se niega a volver a vestir el uniforme para participar “en una guerra que no es la suya”. Se propone el exilio, pero su mujer, Remedios Varo, que había formado parte del grupo surrealista español “Logicofobista” – casi el único y fugaz – refugiada a su vez a principios del 39 no puede viajar a Bélgica por “los problemas que los estalinistas están creando a Remedios” y no puede conseguir un visado “porque tiene pasaporte republicano, es decir, nada, puesto que el Gobierno francés ha reconocido a Franco”. Y en 1940 todavía siguen allí: “Realmente, seguir viviendo en París se ha vuelto imposible. Empieza a ser demasiado siniestro. Hemos tenido un invierno horrible: casi nada de comer, sin carbón y un frío de 10 grados bajo cero durante cerca de dos meses….”(4)

¿COMO SE LAS ARREGLABAN LOS QUE ACABABAN DE LLEGAR?

De los surrealistas franceses sabemos sus destinos y sus itinerarios de exilio. También sabemos de sus protectores. Pero ¿los que llegaban en aquella situación precaria, sin apoyos de ninguna clase? La solidaridad entre los artistas españoles siempre ha existido. Por lo menos entre los exiliados fuera de su país. Y es bien conocida la generosidadde Picasso con respecto a sus compatriotas que llegaban en aluvión huidos del drama español. Mercedes – ya reunida con su compañero en París – y Baltasar no encuentran una solución para salir adelante. Baltasar hace algunos cristos todavía e intenta vender algunos dibujos que Mercedes había conservado como oro en paño durante sus dos meses de retención. Ya desesperados van con la mítica carpeta a ver a Picasso, que los acoge y anima a Lobo a que siga trabajando. Por medio del “maestro” consiguen papeles de residencia y un pequeño taller en la buhardilla del nº 23 de la rue des Volontaires, donde también tenían sus estudios Gabo, Pevsner, Laurent Terzieff. Entablan también amistad con los artistas españoles que ya vivían en París: Julio González, Luis Fernández, etc.Y por supuesto el escultor Henri Laurens, con el que se encontró en octubre de 1939 en la Galería de Zervos, y que tanto le iba a ayudar en lo sucesivo, fue decisivo.

1940. COMIENZA LA OBRA ESCULTÓRICA DE LOBO

En Madrid, trabajando como imaginero, en realidad practicando y perfeccionando su futuro oficio de escultor, no deja de visitar, con su amigo Vaquero al que había conocido en el taller de Ramón Núñez, de Valladolid, el Museo Arqueológico Nacional, del que le impresionan sobre todo los idolillos ibéricos y en 1929 le Exposición del Botánico, donde se encuentra, admirado, con la obra de Picasso, Miró, Dalí, Gargallo, Julio González, etc… y los jóvenes que se integraban ya en los llamados ibéricos de la Escuela de París.

EVOLUCIÓN DE LA ESCULTURA EN EL SIGLO XX.

A lo largo de la primera mitad del siglo XX se va a producir el gran cambio de la escultura que a finales del siglo XIX se encontraba ahogada en un exceso de academicismo. Como ya es sabido a Rodin se debe la primera sacudida, al considerar el “fragmento” como obra total, lo que transformará, a partir de la abolición del pedestal, el concepto mismo de la escultura como monumento. Le siguen Medardo Rosso y más tarde Matisse, Picasso, Julio González, Brancusi…De ahí parten dos tendencias bien diferenciadas, pero que se contaminan. Por un lado el “fragmento” deviene elemento central de la materia escultórica, convirtiéndose la propia obra final en una especie de “collage” de diversos trozos. Es de primera importancia la innovación que aporta Julio González al emplear la soldadura autógena para unir los diferentes fragmentos. Picasso, Julio González, Miró y un largo etcétera van a iniciar esta nueva tendencia de la escultura que dará frutos espléndidos a lo largo del siglo XX. La otra tendencia, más naturalista, no abandona el sustrato de la realidad, aunque lo transforma y revitaliza, atenta a las mutaciones radicales que sufre la escultura en estos momentos, pero hay algo que la diferencia claramente de la otra y es la manera de enfrentarse a las técnicas y a los modelos en que va a buscar su inspiración. La atención se fija en la tradición, pero la más lejana en el tiempo, los más primitivos, ya sean las grandesculturas egipcias como las primitivas culturas del Mediterráneo. Se buscan las formas puras y vivas, las técnicas más tradicionales como la talla directa de materiales nobles como la piedra o la medra, o el modelado del barro que podré ser luego fundido en bronce. El volumen se busca desde la materia misma, desbastando o modelando, nunca ensamblando fragmentos. Así, por ejemplo, Ferrant, Alberto, Condoy o Lobo. Encontramos desde Brancusi pasando por Picasso, Arp, Henry Moore, ídolos, figuras totémicas, formas antropomórficas que rozan a veces la abstracción, pero que no abandonan la idea germinal de la escultura-embrión, que nace de dentro a fuera . “Como un fruto que crece del hombre” dice Arp,

[…] “el fruto del animal, el fruto en el seno de la madre, adoptan formas autónomas y naturales, el arte, fruto espiritual del hombre, muestra la mayoría de las veces un parecido ridículo con el aspecto de otra cosa”(5)

En esta vertiente se inserta la escultura de Baltasar Lobo. “Mi trabajo actual es, como siempre, figurativo; es decir, abstracto. Parte obligadamente de la figuración y se convierte en una abstracción que se simplifica, se sintetiza”(6)

“MAGNA MATER”

La mujer es el tema central de la obra de Lobo. La mujer diosa de la fertilidad, creadora de vida, semilla que germina también de dentro a fuera. En los años 40, después de la Segunda Guerra Mundial y comorespuesta en cierto modo a todo el horror, destrucción y muerte sembrada en Europa, hay una clara “rehumanización del arte”. También como reacción al cubismo y sus últimas consecuencias del “arte concreto”, se trata de “humanizar el ángulo recto” La maternidad se convierte en eje central de muchos artistas. Para Henry Moore, durante el período de 1943 – 45, se convierte incluso en algo obsesivo: “Muy pronto me sentí obsesionado por el tema de la madre y el hijo.

Es un asunto universal, del origen de los tiempos […] Descubrí que podía convertir cualquier grabado, cualquier borrón, en madre e hijo. Lo veía constantemente por doquier…”(7)

Se respira en el ambiente como un ansia de repoblar esa tierra desolada por la guerra, al mismo tiempo de alegría de vivir, un continuo canto a la vida,renacer, perpetuarse, reproducirse y una insistente interrogación sobre la condición del hombre. Todo esto está reflejado en la obra de Lobo de una manera evidente, casi también obsesiva.

[A propósito de la idea de repoblación, Mercedes Guillén cuenta una anécdota llena de humor ocurrida en la despedida del grupo de artistas hacia Praga, para participar en la famosa exposición homenaje a los artistas republicanos de París en 1946. Reunidos todos en la estación llega el momento de los adioses, se sacan los pañuelos, alguna lágrima cae por el rostro de algunas de las mujeres que se quedan en la ciudad, y cuando ya el tren se pone en marcha aparece por una ventanilla la gran cabeza de Óscar Domínguez, que grita: “¡No lloréis, chicas, que vamos a repoblar Checoslovaquia!”]

Hay un bello texto de Antonio Saura titulado “Magma Mater” que bien se podría contraponer a la escultura de Lobo:

“Diosas sin nombre: formas hinchadas de la profunda lejanía, formas plenas, repletas de excrecencias, conformadas como el tronco del árbol, el canto rodado o la semilla […]. Formas surcadas de bultos henchidos e incisiones borradas: apenas rostros, apenas ojos, apenas cabelleras, únicamente senos inmensos, inmensos vientres, nalgas inmensas y protuberantes […].

Diosas sin nombre, ahora formadas en la caricia y la lisura. Formas esquemáticas de prieta y tersa suavidad, de pulida blancura recortándose en el mar azul. El borrado deseado de los signos, los leves promontorios y las certeras caídas, contribuyen al enigma de la vieja y alzada ofrenda en la que predomina la morbidez sobre la geometría y el atributo […]”

Sin ninguna duda este es el tema fundamental en la obra de Lobo. La maternidad. Esa maternidad bella y juguetona, alegre, feliz, la madre que levanta en el aire el niño y lo recoge en un juego peligroso, donde siempre está presente “La muerte latente”, como dice Gaston Dielh, puesto que los torsos de la madre que mantiene en el aire al niño es un cuerpo amputado en el que se han reducido, obviado o amputado los miembros. Torsos amputados, repito, fragmentados, donde las extremidades se pierden, están ausentes. La vida y la muerte que acecha, siempre presente. “J’aime beaucoup les ventres”, dice Lobo en una ocasión. Es allí donde germina la vida, la perpetuidad, la resurrección.

Agnóstico como era Lobo, no creía más que en la fuerza de la naturaleza. Pero a esa naturaleza le insuflaba un ánimo casi religioso, místico. Toda su escultura lo refleja. Su veneración hacia la mujer, al cuerpo femenino idolatrado, deificado, sagrado, como fuente de creación de la vida. “Tengo un sentido, no diré religioso, pero sí sagrado de la escultura”. Ese misticismo “laico”, si oso decir, lo transmite a través de sus formas amorosas, turgentes, duras unas y angulosas otras, pero en ellas permanece un recogimiento casi sagrado, de ofrecimiento.

“Siempre he soñado con una escultura de mármol que sea como un ‘vuelo’, que se eleve sobre el suelo para brillar en medio de la luz, que nos aga olvidar la ‘pesadez’ y la penalidad de la tierra”

Y cómo se corresponde ésta a la exclamación de Brancusi: “Durante toda mi vida no he buscado más que la esencia del vuelo… ¡El vuelo, qué felicidad!”

Sin embargo en Lobo, tanto en su escultura como en su humanidad hermosísima y generosa, a pesar de todas las penalidades por las que había pasado de 1936 a 1942, no le quedaba más que “su risueña confianza en el porvenir”, en palabras de su amigo y crítico Gaston Dielh, que sabe tan bien transmitir a sus esculturas: exaltación a la vida, a la renovación, a la alegría.

Ana Vázquez Parga

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NOTAS.

1 En “La ilustración obrera”, 2, nº 63 a 65- 1905. Citado en Lily Litvak.

2 Lily Litvak, “Musa libertaria. Arte, literatura y vida cultural del anarquismo español”, 2001.

3 Arturo Madrigal “Arte y compromiso 1917 – 1936”, 2002. Editado por la Fundación AnselmoLorenzo. Libro de imprescindible consulta para todo el que quiera acercarse a este tema, tan olvidado, incluso a veces   ocultado, por los propios artistas. Acerca del Guernica de Picasso noBhay que olvidar la declaración de Lobo a Helene Parmelin (“Lobo-Sculptures” 1962-1964. Cat.Gal. Villard Galanis, 1964): “Al principio no me gustaba, la contemplaba. Estábamosconmocionados, inquietos… Más tarde la colgamos. Y entonces empezó todo ¿…?”

4 Carta de Peret a Mangan del 31 de marzo de 1946.

5 “Concreciones” en J. Arp, ensayos, recuerdos, Ministerio de Cultura, 1985.

6 Citado por Mercedes Guillén en “Conversaciones con los artistas españoles de la Escuela de París”

7 Herbert Read, Henry Moore: Mère et enfant“. Paris, Collection d’Art. UNESCO, 1996.

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